lunes, 30 de diciembre de 2024

Corazón de pizza

Cada canción que escuchamos por primera vez tiene el potencial de convertirse en la banda de sonido de nuestra vida. 
El otro día después de escribir el primer posteo en este blog quedé maquinando o craneando (como le gustaba decir a Jóse) sobre qué escribir. Me gusta la idea de ficcionalizar recuerdos, acaso siempre termina siendo ficción lo que recordamos. Vuelvo a la casa de la infancia. La casa donde jugué y temí. La casa donde me escondía “jugando” debajo de la cama por si se escuchaba que alguien entraba por el pasillo. Afuera algo pasaba, no sabía qué. Pasaron algunos años para poder armar aquél rompecabezas. Pero volvamos a lo importante. La canción protagonista de este posteo. En la última casa del pasillo vivían unos chicos más grande que nosotros. Yo decía que Jorge era mi novio, él tendría unos 15, 16 años, yo apenas 5 o 6, lo mejor era que de la mano de ese amor vino una canción que Jorge no paraba de escuchar. Recuerdo que salía al pasillo para escuchar la melodía que colaba por los vidrios o la ventana. “Muchacha ojos de papel” es la primera canción que recuerdo haber cantado, también haber deformado, esto un poco como juego con mi padre... no hables más muchacha corazón de pizza, cuando todos duerman te robaré un morrón. Ahora, a la distancia, creo que es casi un sacrilegio cambiar la letra. Sin embargo, eso también para alguien con sol y luna en tauro hace que la recuerde con emoción. Pasaron muchos años hasta que volví a escuchar a Spinetta, seguramente será protagonista de más de un posteo, pasaron muchos años porque quizá por ese comienzo Spinetta siempre era el músico al que escuchaban los grandes. Y un día fui grande y agradecí serlo! Me quedo pensando ahora en que ese también fue un comienzo raro para el amor, pero de eso iré hablando (o no) en próximos posteos. Esto sigue siendo una prueba.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mudanza

  No contaré las mudanzas   que tuve a lo largo de mi vida. Traigo aquí la primera de esas mudanzas.   Tocó dejar de habitar el PH de Ensena...